En presencia de sus manifestaciones debe acudir a nuestros profesionales, que valorarán el proceso y su estado de daño mediante alguna de estas 3 pruebas:

• Otoscopia, que consiste en la exploración del oído de manera visual.
• Audiometría, que se trata de una prueba muy sencilla en la que se evalúa la intensidad a la que empieza a oír el paciente emitiendo tonos a través de unos cascos.
• Audiometría verbal: esta exploración es similar a la audiometría tonal, sin embargo utiliza únicamente palabras de dos sílabas, que el paciente tiene que repetir perfectamente.

Para mejorar la calidad de vida de los pacientes que han dejado de oír lo suficiente es muy recomendable el uso de audífonos, ya que representan la solución más eficaz para tratar la integración del paciente en su entorno.